Tenerife se mueve, aunque a algunos les pese. El movimiento ideado
por empresarios y varias instituciones de la Isla para defender la
incorporación de las infraestructuras aeroportuarias y portuarias
tinerfeñas en la Red de Transporte Transeuropea parece que no ha sentado
nada bien a nuestros vecinos de la isla de Gran Canaria. La iniciativa,
que tiene ya unos 6.000 seguidores, no es que vaya a presionar a Europa
a la hora de tomar una decisión el próximo 28 de septiembre, pero con
seguridad que algo condicionará. Y viene muy bien, de cara a Bruselas,
demostrar unión.
Nuestro empeño en separar los problemas de Canarias por provincias
es, probablemente, lo que nos ha llevado a estar donde estamos. El tan
temido pleito insular que sale a flote cada vez que alguna de las Islas
capitalinas se adentra en algún proyecto es ya, extremadamente cansino.
Los canarios, no sé por qué extraña razón, somos absolutamente
incapaces de acudir juntos a ningún sitio. Uno de los ejemplos más
claros son las promociones turísticas. El Gobierno autonómico las está
pasando canutas a la hora de vender el destino de Canarias en el
exterior. Cada vez que lo intenta, sale Gran Canaria con que hay que
distinguir sus playas y sus bondades. Prueba de ello es el último follón
que armó el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo
de Laguna, en Fitur, donde la Isla se separó literalmente del resto del
Archipiélago con su stand propio.
Del pleito insular ya habló un gran entendido en esta materia el
domingo en las páginas de este diario (recomiendo el artículo de Luis
Alemany) por lo que no voy ha tener la osadía de ahondar en este asunto.
Se trata de una trifulca entre Islas que se remonta a años luz y que
hoy, en pleno siglo XXI deberíamos tener más que superado. Por ello, me
avergüenza que aún hoy, algunos políticos de esta Islas tiren del pasado
para lograr más popularidad porque, al final, los perjudicados siempre
somos los canarios, en su conjunto. Que Gran Canaria no apoye a Tenerife
para que el puerto capitalino se incluya en la Red de Transporte
Transeuropea, era de esperar, pero que digan que no van a consentir que
la entrada del puerto tinerfeño sea a costa de la salida de La Luz, me
parece alarmista. La complementariedad de ambos puertos es fundamental
para el desarrollo económico de las Islas. La no inclusión de las
infraestructuras de Tenerife en esta Red, al final, limitará la
capacidad de movimiento del resto de las instalaciones de las Islas,
incluido el puerto grancanario. Hasta que no superemos esto y dejemos de
mirar al de enfrente por encima del hombro, seguiremos luchando
contracorriente. Mientras tanto, Tenerife seguirá moviéndose, pero sola.
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