martes, 10 de julio de 2012

Canarias puede contribuir a la reducción del déficit tarifario incrementando la potencia instalada en energías renovables


Producir electricidad en Canarias cuesta 0,21 € por kilovatio/hora a partir de combustibles fósiles, y 0,12 € si se emplea tecnología fotovoltaica según la última convocatoria del Ministerio a finales de 2011 y 0,08 € en el caso de la energía eólica. Recordemos que la tarifa que paga el consumidor ronda los 0,16€/kWh.
 
La mala fama adquirida por la energía fotovoltaica, como principal causante del déficit tarifario (la diferencia entre el coste de generación y el precio al que las compañías eléctricas deben vender la energía, en razón de la existencia de unas tarifas máximas reguladas), carece hoy día de fundamento si pretende atribuirse dicho déficit a las primas que se abonan a los productores fotovoltaicos. Y desde luego es directamente falsa, en Canarias, acusar a las renovables de ser unas energías caras.
 
Lo cierto es que desde que se abordara el fomento de las energías renovables como política de estado, con el fin de disminuir las emisiones de CO2, ha ido disminuyendo el importe de las primas que se abonan a dichas energías, en general, y de modo muy especial en la energía fotovoltaica. Puede afirmarse, que para obtener los objetivos marcados en los sucesivos planes energéticos nacionales en cuanto  los porcentajes de potencia instalada de las diversas fuentes renovables, las ayudas a los productores en forma de primas son cada vez menores, y ello ha sido posible por los ajustes de los costes de los diversos elementos que intervienen en las instalaciones, especialmente las placas de silicio.
 
Los objetivos marcados en el Plan de Energías Renovables sobre potencia instalada en la España peninsular apenas han sido alcanzados. Sin embargo esa diferencia es abismal en el caso de Canarias, cuyo PECAN de 2006  preveía para el 2011 una ponderación de las energías renovables del 25% lejísimos del 6% alcanzado en la actualidad.
 
El maltrato de las energías renovables ocasionado por diversas medidas adoptadas por el anterior Gobierno, y otras recientemente adoptadas por el actual es muy negativa y preocupante en varios sentidos en toda España (falta de seguridad jurídica, mala imagen a nivel internacional, destrucción de la confianza de los inversores extranjeros, destrucción de un sector emergente y susceptible de generar empleo etc.). Pero matar en Canarias el sector de la energías renovables resultaría un suicidio. De ahí que sea ilusionante que el actual Ministro de Industria haya reconocido públicamente la competitividad de las energías renovables en Canarias.
 
Pero en Canarias, no nos engañemos, a pesar de ser cierto cuanto acabamos de decir respecto del coste de producción de la energía, estamos muy lejos del sueño del autoabastecimiento a base exclusivamente de energías renovables. Porque la producción, por más que cuente con fuentes inagotables como el sol o el viento, no cubre la demanda en todas las franjas horarias (en la fotovoltaica), ni en todos los días del año (eólica),
 
Pero tenemos soluciones imaginativas para superar esas dificultades favorecidas por la altura de nuestras Islas. Buen ejemplo es el proyecto de Central Hidro-eólica del Hierro, que consiste en síntesis en el bombeo de agua a un estanque situado en altura, utilizando para ello energía eólica, con el fin de producir energía hidroeléctrica, tan limpia como la propia eólica o fotovoltaica, en franjas horarias o días carentes de luz o viento.
 
Los productores de energías renovables nos hemos acostumbrado, en los últimos tiempos a mirar el Boletín Oficial del Estado como los agricultores miran al cielo, esperando que un Real Decreto Ley, Real Decreto u Orden Ministerial no pulverice la rentabilidad de nuestras instalaciones, como el granizo destroza las cosechas.
 
Los canarios nos hemos ilusionado con las declaraciones de un Ministro de Industria que conoce bien el sector y que, a pesar de su deber de tomar decisiones aplicables en todo el territorio nacional, conoce aun mejor la realidad de su tierra y cuenta con los instrumentos necesarios para modular dicha aplicación en Canarias, así como con la convicción expresada públicamente sobre el carácter imprescindible de las renovables en el mix energético de los sistemas insulares. Por ello esperamos que la Contribución de Canarias a paliar el déficit de tarifa consista, precisamente, en incrementar en nuestras Islas la potencia instalada en energías renovables.

Pablo Pérez Aciego
Miembro junta directiva de ACER

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