Producir electricidad en Canarias
cuesta 0,21 € por kilovatio/hora a partir de combustibles fósiles,
y 0,12 € si se emplea tecnología fotovoltaica según la última
convocatoria del Ministerio a finales de 2011 y 0,08 € en el caso
de la energía eólica. Recordemos que la tarifa que paga el
consumidor ronda los 0,16€/kWh.
La mala fama adquirida por la
energía fotovoltaica, como principal causante del déficit tarifario
(la diferencia entre el coste de generación y el precio al que las
compañías eléctricas deben vender la energía, en razón de la
existencia de unas tarifas máximas reguladas), carece hoy día de
fundamento si pretende atribuirse dicho déficit a las primas que se
abonan a los productores fotovoltaicos. Y desde luego es directamente
falsa, en Canarias, acusar a las renovables de ser unas energías
caras.
Lo cierto es que desde que se
abordara el fomento de las energías renovables como política de
estado, con el fin de disminuir las emisiones de CO2, ha ido
disminuyendo el importe de las primas que se abonan a dichas
energías, en general, y de modo muy especial en la energía
fotovoltaica. Puede afirmarse, que para obtener los objetivos
marcados en los sucesivos planes energéticos nacionales en cuanto
los porcentajes de potencia instalada de las diversas fuentes
renovables, las ayudas a los productores en forma de primas son cada
vez menores, y ello ha sido posible por los ajustes de los costes de
los diversos elementos que intervienen en las instalaciones,
especialmente las placas de silicio.
Los objetivos marcados en el Plan
de Energías Renovables sobre potencia instalada en la España
peninsular apenas han sido alcanzados. Sin embargo esa
diferencia es abismal en el caso de Canarias, cuyo PECAN de 2006
preveía para el 2011 una ponderación de las energías renovables
del 25% lejísimos del 6% alcanzado en la actualidad.
El maltrato de las energías
renovables ocasionado por diversas medidas adoptadas por el anterior
Gobierno, y otras recientemente adoptadas por el actual es muy
negativa y preocupante en varios sentidos en toda España (falta de
seguridad jurídica, mala imagen a nivel internacional, destrucción
de la confianza de los inversores extranjeros, destrucción de un
sector emergente y susceptible de generar empleo etc.). Pero matar en
Canarias el sector de la energías renovables resultaría un
suicidio. De ahí que sea ilusionante que el actual Ministro de
Industria haya reconocido públicamente la competitividad de las
energías renovables en Canarias.
Pero en Canarias, no nos
engañemos, a pesar de ser cierto cuanto acabamos de decir respecto
del coste de producción de la energía, estamos muy lejos del sueño
del autoabastecimiento a base exclusivamente de energías renovables.
Porque la producción, por más que cuente con fuentes inagotables
como el sol o el viento, no cubre la demanda en todas las franjas
horarias (en la fotovoltaica), ni en todos los días del año
(eólica),
Pero tenemos soluciones
imaginativas para superar esas dificultades favorecidas por la altura
de nuestras Islas. Buen ejemplo es el proyecto de Central
Hidro-eólica del Hierro, que consiste en síntesis en el bombeo de
agua a un estanque situado en altura, utilizando para ello energía
eólica, con el fin de producir energía hidroeléctrica, tan limpia
como la propia eólica o fotovoltaica, en franjas horarias o días
carentes de luz o viento.
Los productores de energías
renovables nos hemos acostumbrado, en los últimos tiempos a mirar el
Boletín Oficial del Estado como los agricultores miran al cielo,
esperando que un Real Decreto Ley, Real Decreto u Orden Ministerial
no pulverice la rentabilidad de nuestras instalaciones, como el
granizo destroza las cosechas.
Los canarios nos hemos ilusionado
con las declaraciones de un Ministro de Industria que conoce bien el
sector y que, a pesar de su deber de tomar decisiones aplicables en
todo el territorio nacional, conoce aun mejor la realidad de su
tierra y cuenta con los instrumentos necesarios para modular dicha
aplicación en Canarias, así como con la convicción expresada
públicamente sobre el carácter imprescindible de las renovables en
el mix energético de los sistemas insulares. Por ello esperamos que
la Contribución de Canarias a paliar el déficit de tarifa consista,
precisamente, en incrementar en nuestras Islas la potencia instalada
en energías renovables.
Pablo Pérez Aciego
Miembro junta directiva de ACER
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